El creciente miedo a la epidemia y el efecto que las medidas de contención puedan tener sobre la economía mundial han hecho que los mercados bursátiles de todo el mundo hayan registrado bruscas caídas en la que ha sido la peor semana de ventas desde la crisis de 2008.

Ebury ha analizado esta mañana en Barcelona el marco económico y financiero internacional en el que se desenvolverán las empresas a lo largo de 2020 y ha ofrecido claves para gestionar los riesgos asociados a la actividad exterior, entre los que, de forma preeminente, figura el relacionado con la volatilidad de los tipos de cambio

El temor sobre el impacto de la epidemia y su repercusión en la economía mundial hicieron que los activos de riesgo se desplomaran la semana pasada, provocando que los mercados bursátiles de todo el mundo cayeran también.

Análisis de Mercado: Se prevén repuntes del peso colombiano, el peso chileno y el real brasileño en 2020, mientras se augura un comportamiento plano del peso mexicano.

Los activos de riesgo y las divisas de mercados emergentes vivieron la semana pasada una recuperación impulsada por la confianza de los mercados en que el daño económico causado por la epidemia de coronavirus seguirá contenido y bajo control.

Los indicios de que la propagación del coronavirus se está ralentizando en China han impulsado un repunte general de los activos de riesgo en todo el mundo. El dólar se benefició de esta recuperación, como también lo han hecho por lo general las monedas asiáticas.

Los inversores han vivido esta semana con cierto nerviosismo a la espera de nuevos contagios provocados por el coronavirus y al recuento de fallecidos en China y otros países. Las acciones cayeron bruscamente en todo el mundo, aunque las bolsas chinas han estado cerradas por la fiesta lunar. Ahora, los mercados chinos se preparan para las primeras operaciones desde que el virus fuera declarado una emergencia mundial.

Existe cada vez un mayor número de casos en los que los correos electrónicos corporativos se han visto en peligro tanto en una como en ambas partes de una relación comercial. Esto permite a un impostor obtener toda la información que necesita para hacerse pasar por un comprador, un proveedor o, en algunos casos, por ambos. Hay algunas señales o indicadores de riesgo que se deben tener en cuenta cuando se realiza por primera vez un pago a un proveedor o a un beneficiario. Esto también se puede aplicar en aquellos casos en los que los datos bancarios de un beneficiario existente sufren un cambio repentino.