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Jen Bonilla
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Las divisas europeas se disparan gracias al estímulo fiscal alemán

La semana pasada observamos cambios verdaderamente espectaculares en el mercado de divisas, con movimientos que no se veían desde los primer...
Comercio Exterior
La semana pasada observamos cambios verdaderamente espectaculares en el mercado de divisas, con movimientos que no se veían desde los primeros y caóticos días de la pandemia del COVID-19.

La aparente demolición por parte del presidente Trump de la arquitectura de seguridad europea posterior a la Segunda Guerra Mundial está teniendo un impacto paradójico en los mercados de divisas. Está obligando a Europa, y a Alemania en particular, a aumentar enormemente el gasto en defensa, que se financiará aparentemente con el déficit público y deuda adicional. Los bonos soberanos europeos se vendieron drásticamente al conocerse la noticia, y las divisas europeas se dispararon, especialmente el euro, que sorprendentemente registró una de sus mayores ganancias semanales desde la crisis financiera mundial de 2009.

Los inversionistas también están descontando un gran daño a la economía estadounidense, tanto por el contenido de las políticas arancelarias de Trump, como por su deficiente ejecución. Uno de nuestros indicadores de referencia del crecimiento estadounidense, la estimación GDPNow de la Fed de Atlanta, está apuntando a una contracción superior al 2 % anualizado en el primer trimestre del año. En consecuencia, el dólar perdió terreno frente a casi todas las divisas del mundo, y el índice del dólar estadounidense cerró la semana con una caída de alrededor del 3%.

El calendario macroeconómico de esta semana incluye la inflación estadounidense de febrero. Los mercados no esperan que se produzcan mayores avances hacia el nivel objetivo de la Fed, y el consenso apunta a una tasa mensual anualizada cercana al 4%. Sin embargo, es probable que, una vez más, la información macroeconómica se vea eclipsada por el caos que emana de la Casa Blanca, cualquier indicio del debilitamiento de la economía estadounidense y los nuevos anuncios de aumento de gasto en defensa de los países europeos.

CLP

Los mercados parece que no se han visto demasiado alarmados por el anuncio de Trump de una posible imposición de aranceles a las importaciones de cobre hace un par de semanas. El peso chileno no sólo ha recuperado el terreno perdido ante el temor de una caída en las exportaciones, sino que además cotiza a niveles más altos que antes de que Trump emitiera el comunicado.

Como resaltábamos la semana pasada, Estados Unidos tendría serias dificultades para autoabastecerse y suplir las importaciones de esta materia prima. La semana pasada se publicaron los datos de inflación y parece que refuerzan el escenario de una política monetaria relativamente plana por el momento. Además, la inflación bajó en febrero al 4,7%, pero sigue estando muy por encima del rango objetivo del 2%-4% que impone el banco central.

Asimismo, el indicador líder de actividad económica chilena bajó al 2,5% en enero, después de haber obtenido un 6,6% en diciembre, el crecimiento más elevado en los últimos tres años. A pesar de esta caída, este registro supone el séptimo mes consecutivo en el que se observa una expansión económica. Por ello, seguimos considerando que los fundamentos económicos de Chile son positivos. Esta semana no hay publicaciones macroeconómicas destacables por lo que el cruce USD/CLP estará determinado por nuevos anuncios políticos que se puedan producir desde la Casa Blanca.

 

MXN

El peso mexicano se comportó excepcionalmente bien frente al dólar la semana pasada, en comparación con otras divisas latinoamericanas. El aplazamiento de los aranceles hasta el 2 de abril fue acogido con entusiasmo por los mercados, y puede suponer un indicio de que la imposición de restricciones comerciales podría ser menos severa y prolongada de lo que se temía. Parece prevalecer en el mercado la percepción de que las amenazas de Trump son sólo retórica y que México logrará negociar una solución favorable que suponga el fin a la guerra comercial con Estados Unidos.

Aún así, con una incertidumbre que sigue siendo elevada, es demasiado pronto para empezar a apostar por un escenario significativamente más optimista. A nivel interno, la salida de Ramírez de la O. como Secretario de Hacienda no ha provocado turbulencias en los mercados, ya que no se espera un cambio drástico en la política fiscal. De cara al futuro, aunque las noticias sobre los aranceles pierden credibilidad, deberían seguir alimentando la volatilidad de los tipos de cambio hasta el 2 de abril, fecha fijada para la posible imposición de aranceles recíprocos por parte de EUA.

 

USD

El informe de nóminas de febrero calmó temporalmente los temores de que el caos que emana de la Casa Blanca está mermando el crecimiento de EUA, al cumplir más o menos las expectativas y revelar que se sigue creando empleo, aunque de manera no muy destacable. Si bien este informe estabilizó el dólar tras su drástica caída semanal, no pudo impulsar un repunte, ya que las acciones estadounidenses siguen rindiendo por debajo de las del resto del mundo en una aparente moción de censura a las políticas de Trump.

La inflación de febrero debería ser el centro de atención esta semana en lo que respecta a la economía, pero las noticias sobre aranceles, la guerra en Ucrania o, francamente, cualquier otra ocurrencia de Trump en sus redes sociales podrían eclipsarla. Una vez más, Trump retrasó la semana pasada los aranceles a bienes canadienses y mexicanos cubiertos por el tratado USMCA, lo que refleja una probable moderación de los gravámenes arancelarios. Esto puede explicar, en parte, la magnitud de la caída del dólar la semana pasada.

 

EUR

El paquete de estímulo fiscal alemán presentado la semana pasada elimina el freno de la deuda para la mayor parte del gasto en defensa y lanza un vehículo de financiación de 500.000 millones de euros destinados a infraestructuras. Este discurso de “cueste lo que cueste” elevó al euro por encima del nivel de 1,08, y los mercados ya no esperan que el BCE recorte los tipos por debajo del 2%. Una pausa en la próxima reunión del banco en abril parece ahora el escenario de base para los mercados.

Sin embargo, todavía existen factores de riesgo para el euro. La incertidumbre arancelaria sigue siendo significativa y el hecho de que EUA haya abandonado sustancialmente su compromiso con la defensa de Europa no es positivo a largo plazo. El brusco movimiento del EUR/USD en la última semana hace más probable una corrección, sobre todo si los próximos datos de EUA sugieren que los temores sobre una inminente contracción de la mayor economía del mundo son ligeramente exagerados.

 

GBP

Aunque la libra esterlina también se disparó frente al dólar la semana pasada, se quedó un poco rezagada frente a otras divisas europeas, en particular el euro. Por ahora, a los inversionistas les agrada la idea del estímulo fiscal en Alemania, mientras que el Reino Unido se encuentra en pleno proceso de consolidación presupuestaria, dado que su deuda es mucho mayor. Las noticias que sugieren que la Canciller Reeves se verá obligada a recortar el gasto público en primavera no habrá sentado bien a los mercados.

No obstante, pensamos que la libra podría invertir su tendencia a la baja frente al euro. La economía del Reino Unido está relativamente menos expuesta a los aranceles de Trump, ya que tiene un déficit con Estados Unidos. Además, las noticias económicas y empresariales se han vuelto más positivas últimamente, y las comunicaciones del Banco de Inglaterra siguen siendo relativamente hawkish. La mayoría de los miembros del Comité de Política Monetaria subrayan que sólo son probables recortes "graduales" durante el resto del año. Esperamos que las cifras mensuales del PIB del viernes confirmen la tendencia de unas noticias económicas que están superando ligeramente las expectativas.

 

JPY

La semana pasada, el tipo de cambio USD/JPY registró un movimiento relativamente moderado, y el yen, de bajo riesgo, perdió terreno frente a la mayoría de sus homólogos del G10, con las notables excepciones del dólar estadounidense y el canadiense. Este bajo rendimiento es algo sorprendente, ya que pensamos que las condiciones siguen siendo favorables para la moneda japonesa. Los primeros indicios apuntan a que las negociaciones salariales anuales «Shunto», entre empresarios y miles de sindicatos, registrarán subidas salariales superiores al 6% para 2025, por encima de los niveles de 2024 (+5,85%). Esto debería reforzar la tesis de que se produzcan más recortes en los tipos de interés, y consideramos que las expectativas de los mercados, que prevén recortes de +32 puntos básicos de aquí a finales de año, son demasiado conservadoras.

Esta semana, la atención se centrará, en parte, en las cifras revisadas del PIB del cuarto trimestre (que se publicarán el lunes por la noche, hora europea, y el martes, hora local). Aparte de esto, sin embargo, el calendario económico está relativamente poco cargado. Las noticias sobre los acuerdos salariales anuales de Shunto, que se publicarán el viernes, podrían ser clave para el yen.

 

CNY

El yuan chino se depreció frente a la mayoría de las divisas principales la semana pasada, registrando sólo una subida modesta del 0,5% frente a un dólar estadounidense más débil. Las cifras de actividad empresarial de febrero fueron un poco mejores de lo esperado, pero los datos del IPC mostraron una decepcionante y profunda caída de los precios al consumidor (y una inusual contracción de los precios subyacentes), lo que acentúa las preocupaciones sobre el crecimiento. El estímulo sigue pareciendo muy necesario y los aranceles de Trump no hacen más que aumentar esta necesidad. La duplicación de los aranceles al 20% entró en vigor el martes y la respuesta de China fue comedida y, aparentemente, sin ánimo de intensificar la guerra arancelaria.

Los cambios en los objetivos económicos y en el tono de las comunicaciones de los dirigentes chinos fueron similares a lo que habían insinuado los medios de comunicación e indican que el estímulo cobrará cada vez más importancia en 2025. Se mantuvo el objetivo de crecimiento en torno al 5%, pero se aumentó el del déficit fiscal del 3% a alrededor del 4%. Por su parte, el objetivo de inflación se redujo del 3% al 2%, acercándose a la realidad de unas presiones inflacionistas moderadas. El calendario económico de China está prácticamente vacío esta semana. La atención se centrará en las comunicaciones y se seguirá de cerca cualquier señal de los funcionarios chinos, así como de la Casa Blanca.

 

 

 

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